VAMPYRUM SPECTRUM

Expedición para buscar al Vampyrum Spectrum, el murciélago carnívoro más grande del mundo.

Expedición de National Geographic Society
Fecha: 08, 2021.
Lugar: Reserva de la Biosfera de Calakmul, México.
Objetivo: Buscar a los dos murciélagos carnívoros gigantes del neotrópico, el Vampyrum spectrum y el Chrotopterus auritus.

"Nos internamos por varias noches en los túneles de selva cercanos a la zona arqueológica del Hormiguero así como en recónditas ruinas mayas sumergidas en la espesa Reserva de la Biosfera de Calakmul para encontrar a dos especies de murciélagos carnívoros gigantes:  el Vampyrum spectrum y el Chrotopterus auritus."

Crónica por Armando Vega

Javier grita -¡cuidado!, mientras empuja desesperadamente a Fernando. En la oscuridad, no vieron a una nauyaca que estaba en el sendero y casi la pisan. Es una de las serpientes más tóxicas y agresivas de las selvas del sureste mexicano. Corrimos con mucha suerte. Dias después, Francisco vio otra.

Era de noche, como el 90% del tiempo de la expedición. Caminábamos por un túnel tenebroso formado por ramas de árboles que parecían marcarnos el camino al inframundo. Me costaba creer que por ese sendero suele volar el Vampyrum spectrum, uno de los murciélagos más raros de las 1,300 especies que existen, y aunque su distribución es extensa, desde México hasta las zonas selváticas de Brasil, pocas personas han tenido la posibilidad de verlo, menos aún, de atraparlo.

Colocamos redes de niebla sobre el túnel de árboles a cada pocos metros: son muy delgadas, tanto que son indetectables para el sofisticado sistema de ecolocación de los murciélagos, pero lo suficientemente fuertes para atraparlos. Las revisábamos cada diez o quince minutos para que los murciélagos que se enredarán, no se lastimen o las rompan.

Cayeron un sin número de otras especies: unos pequeños, unos negros, otros cafés, otros lindos, otros no tanto. Al ser mi primera expedición de este tipo, aprovechaba cada individuo que atrapábamos para intentar hacerles fotos volando durante su liberación, empleando la gran experiencia que tenia el equipo manipulando, pero sin dañar, a estos sorprendentes mamíferos voladores, los soltábamos frente a una configuración de flashes para ver si podíamos obtener algunas fotos.

Cada noche al volver al campamento situado a unos kilómetros a lado de la zona arqueológica Hormiguero, la ducha antes de dormir era obligatoria. Siempre un ejercito de pequeñas garrapatas y ácaros rojos subian por nuestros pantalones. También, un par de veces teníamos visitas inesperadas intentando entrar en nuestras tiendas de acampar, la más notoria fue una hembra de alacrán con un sin número de crías sobre el lomo.

Nos dormiamos a las 5 am en promedio, todos los días. Iban cuatro días de desvelos y largas jornadas, y todavía no aparecia el gran Vampyrum spectrum. Decidimos ir en búsqueda del otro gigante carnívoro también objetivo de nuestra misión: el Chrotopterus auritus, o como se le conoce comúnmente, el falso vampiro lanudo. Hay muy pocos refugios conocidos de esta especie. En todo México son 10 solamente y teníamos al alcance dos de ellos; uno a 10 kilómetros a pie sobre la densa selva. En temporada de lluvias, no entran autos. Al siguiente día muy temprano salimos para allá.

Caminamos esos 10 km de ida y otros 10 de regreso con las manos y memorias vacías. Ya en la zona arqueológica, uno de los falsos vampiros lanudos nos escuchó y salió volando por los otros orificios del edificio llevándose con él, el rastreador GPS que se le había colocado en anteriores expediciones. Sin esa información, todo estaba incompleto. Regresamos de nuevo al otro día, ahora, tapando sigilosamente todas las entradas o salidas a la ruina para que el escurridizo no huyera de nuevo. Los capturamos. A todos los murciélagos se les median las alas, dorso y cabeza, se pesan, y algunos, se les colocaba un GPS el cual detallaría sus hábitos diurnos y nocturnos, así como las relaciones familiares entre ellos. 

Ya de regreso en el campamento base, cansados entre todas las desveladas y las distancias recorridas entre la humedad de la selva en un camino pegajoso cubierto de lodo, todavía tenemos que capturar al murciélago espectral, y sólo restaban dos días más. Sin descanso, esa noche fuimos a colocar las redes de niebla nuevamente.

Eran las 10 de la noche y los chicos habían ido a revisar las redes. Estaba sentado sobre una lona plástica que servía de silla, mesa, cama, y fungía de refugio, laboratorio y hasta estudio fotográfico. ¡Armando! -escuché el sonido venir por la oscuridad del túnel-. Fui corriendo evadiendo las redes que ni siquiera podía ver, pero sabía de memoria que estaban ahí. Llegué temblando de la emoción pensando que por fin iba a conocer al jaguar de los murciélagos. Era un marsupial de ojos muy grandes: una marmosa mexicana. Todo el equipo estaba super emocionado, son biólogos, se emocionan con todo lo que se mueva y si es nocturno, ¡más! Regresé de nuevo a la lona.

Habían pasado unos 20 minutos de la falsa llamada. De nuevo el grito, ahora ya no corrí tan rápido. Iba revisando las redes a mis paso, a la mitad escucho ¡¡otro más!! seguido de un estremecedor ¡Armando! Empecé a correr.

Al llegar ahí estaba, el gran Vampyrum spectrum. Dos hembras poderosas, color marrón claro, sus tremendos y musculosos brazos hacían muy difícil manejarlas. Su mandíbula y grandes colmillos, devoran otros murciélagos, ratas, ratones y aves pequeñas; estaban enojadas, como depredadores tope, no es muy común que se encuentren en esa situación; fue una dura la lucha de Luis y Fernando para desatarlas de las redes.

Esta expedición fue única ya que por primera vez en el mundo científico, se contó con un dispositivo para medir la fuerza de la mordida de esta increíble especie. Los resultados sorprendieron a todos. Con una mordida lo doble de potente que un falso vampiro lanudo, se confirmó que el murciélago espectral es el carnívoro más grande y poderoso del mundo.

Con esta expedición obtuvimos información muy relevante que ayudará a idear planes de monitoreo y conservación para estas dos increíbles especies.